Este estudio se propuso analizar las diferencias entre adolescentes con bajo, medio y alto autoconcepto en relación con variables familiares y escolares. La muestra consistió en 1681 adolescentes de entre 12 y 17 años de Puerto Vallarta, Jalisco.

Los resultados revelaron que los adolescentes con alto autoconcepto destacaron en promedio en la comunicación abierta tanto con la madre como con el padre, en comparación con aquellos con bajo y medio autoconcepto. Por otro lado, los adolescentes con bajo autoconcepto mostraron medias más altas en la comunicación ofensiva con sus padres, así como en agresión manifiesta directa e indirecta, en contraste con los adolescentes con medio y alto autoconcepto.

Además, se realizó un análisis de regresión para predecir el autoconcepto a partir de las variables estudiadas, lo que proporcionó información adicional sobre cómo estas variables están relacionadas con el autoconcepto de los adolescentes.

En resumen, este estudio sugiere que la calidad de la comunicación familiar y las experiencias de agresión pueden influir en el autoconcepto de los adolescentes. Estos hallazgos resaltan la importancia de la familia y el entorno escolar en el desarrollo del autoconcepto durante la adolescencia.

Este estudio tuvo como objetivo determinar la correlación entre la comunicación familiar y la autoestima en adolescentes de zonas urbanas y rurales del distrito de Lampa, en la región de Puno, Perú. Se empleó un enfoque cuantitativo de nivel descriptivo-correlacional, utilizando un muestreo probabilístico aleatorio simple estratificado.

La muestra estuvo compuesta por 261 adolescentes de ambos sexos, con edades comprendidas entre 12 y 17 años. Se aplicaron dos instrumentos: el Cuestionario de Comunicación Familiar Padres/Hijos de Barnes & Olson, que evalúa la percepción de la comunicación en la familia, y la Escala de Autoestima de Rosenberg, utilizada para medir el nivel de autoestima en los adolescentes.

Los resultados obtenidos revelaron una correlación positiva media de 0.5 en la zona urbana y una correlación positiva considerable de 0.8 en la zona rural, según la prueba no paramétrica Rho de Spearman. Esto sugiere que, en general, existe una relación significativa entre la comunicación familiar y la autoestima en los adolescentes de ambas zonas.

En conclusión, se encontró que los adolescentes de la muestra presentan un nivel medio de comunicación familiar y autoestima. Además, se observó que un buen nivel de comunicación familiar está asociado con una buena autoestima en los adolescentes, y viceversa.

Este estudio se centra en examinar cómo la comunicación familiar, el autoconcepto familiar y el autoconcepto escolar influyen en la motivación de venganza de los adolescentes. La muestra consiste en 671 adolescentes de ambos sexos, con edades entre 10 y 16 años, que asisten a seis centros públicos de Educación Primaria y Secundaria.

Utilizando un modelo de ecuaciones estructurales, los investigadores analizan las relaciones entre estas variables. Los resultados revelan que la comunicación abierta en la familia tiene efectos directos e indirectos en la motivación de venganza de los adolescentes, mediados por su autoconcepto escolar y familiar.

Estos hallazgos sugieren que una comunicación familiar más abierta y positiva puede contribuir a un mejor autoconcepto tanto en el ámbito familiar como en el escolar, lo que a su vez puede reducir la motivación de venganza entre los adolescentes. Esta investigación resalta la importancia de fortalecer la comunicación y el autoconcepto positivo en la familia y la escuela como estrategias para prevenir la motivación de venganza en los adolescentes.

Este estudio se enfoca en analizar el tipo de comunicación, el nivel de cohesión y el grado de satisfacción familiar en adolescentes que cursan la enseñanza secundaria y preuniversitaria. Para ello, se realizó un estudio descriptivo entre enero y marzo de 2014, que incluyó a 62 adolescentes del municipio de Cienfuegos, seleccionados mediante muestreo aleatorio estratificado por sexo.

Se utilizaron diversas técnicas, como entrevistas estructuradas, cuestionarios para evaluar la comunicación entre los adolescentes y sus padres, la cohesión familiar y la satisfacción familiar.

Los resultados revelaron que predominaron las edades de 13 a 16 años, con familias mayormente medianas, nucleares y bigeneracionales en etapa de extensión. En cuanto a la comunicación, los adolescentes de edad media mostraron una comunicación positiva con ambos progenitores, alta cohesión familiar y una satisfacción significativa con sus familias. Por otro lado, los adolescentes tardíos experimentaron una comunicación más limitada con ambos padres, un nivel de cohesión familiar intermedio y una menor satisfacción con sus familias.

En resumen, este estudio resalta la importancia de la comunicación familiar, la cohesión y la satisfacción en el desarrollo de los adolescentes. Los resultados sugieren que una comunicación abierta y positiva, así como una mayor cohesión familiar, pueden contribuir a un mejor ajuste psicosocial en esta etapa crucial del desarrollo humano.

La comunicación ha sido un tema de interés constante para investigadores, docentes y ahora también para los padres de familia. Estos últimos buscan dominar estrategias comunicativas efectivas que les permitan construir relaciones afectivas sólidas con sus hijos. Para establecer criterios que guíen estas estrategias, es importante considerar los cambios generacionales en la comunicación que han ocurrido con la evolución de la tecnología, desde la radio y la televisión hasta la llegada de Internet.

Estas estrategias deben estar fundamentadas en la construcción de un diálogo auténtico que defina el estilo comunicativo. Esto implica fomentar un espacio donde se promueva la escucha activa, la empatía y la comprensión mutua entre padres e hijos. Además, es esencial adaptarse a las nuevas formas de comunicación digital y aprovecharlas de manera constructiva en la relación familiar. En resumen, el diálogo abierto y sincero sigue siendo la piedra angular de una comunicación efectiva entre padres e hijos en la era digital.

Desde el comienzo de la industrialización, la familia ha experimentado una serie de cambios significativos que continúan hasta hoy. Estos cambios han llevado a una revisión de estudios sociológicos que buscan definir la realidad de la familia y analizar los importantes cambios que se han observado.

Se han examinado las funciones tradicionales que históricamente han desempeñado las familias, así como las relaciones familiares y su interacción con la sociedad. Se ha observado cómo los efectos del cambio tecnológico han influido en la dinámica familiar, afectando las relaciones interpersonales y la organización familiar en general, lo que ha llevado a una necesaria adaptación por parte de las familias.

Estos cambios han sido profundos y han impactado en varios aspectos de la vida familiar, desde la estructura familiar hasta las dinámicas de interacción dentro de la misma. La revisión de estos estudios sociológicos ofrece una comprensión más completa de cómo la evolución social y tecnológica ha moldeado la familia y cómo esta se ha adaptado a los nuevos desafíos y realidades contemporáneas.