Que el estrés escolar sea un fenómeno que afecta a una parte importante del alumnado de secundaria es una de las conclusiones que podemos extraer del informe del proyecto EASE, acrónimo del proyecto de investigación “El estrés escolar en el alumnado de secundaria en España. Un estudio mixto orientado al desarrollo de claves de actuación en el contexto familiar y escolar” (PID2019-105463RA-I00). Este proyecto, compuesto por un equipo de investigadoras, coordinado por Irene García-Moya desde el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, se ha dedicado durante cuatro años a investigar sobre el estrés escolar en educación secundaria, gracias a la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación (MICIU/AEI/10.13039/501100011033).

Los datos del proyecto EASE, publicados en su informe final, también nos muestran claras diferencias de género en el estrés escolar en secundaria, siendo las chicas quienes tienen niveles más altos de estrés que los chicos. Además, el estrés escolar tiende a aumentar a lo largo de la educación secundaria y las situaciones que generan altos niveles de estrés son muy variadas. Entre las causas más frecuentes se encuentran tener que estudiar cosas que no se entienden, tener demasiados deberes, la falta de tiempo de ocio, la presión para alcanzar metas o la preocupación sobre su futuro.

Otra de las conclusiones del proyecto EASE es que para lograr conocer y comprender el estrés escolar en profundidad debemos tener en cuenta factores tanto personales como contextuales. En este sentido, las familias y los centros educativos tienen un papel clave en el abordaje del estrés escolar. Por este motivo, el equipo de investigadoras ha elaborado una serie de recomendaciones dirigidas a familias y profesorado, basadas en las evidencias científicas aportadas por el proyecto EASE.

En relación con las familias, es fundamental, para amortiguar el estrés escolar, que estas establezcan relaciones basadas en el afecto y en la comunicación, se impliquen en la vida escolar de sus hijos e hijas sin sobreprotegerles, transmitan expectativas académicas realistas, refuercen los logros escolares, eviten hacer comparaciones entre sus hijos e hijas o con otras personas y les ayuden a organizar bien su tiempo de estudio, sin olvidar la importancia del tiempo libre.

Respecto al profesorado, para reducir los niveles de estrés escolar de sus estudiantes, es importante que este les apoye y fomente su autoeficacia, evite estilos docentes autoritarios, establezca una relación positiva con su alumnado y promueva buenas relaciones entre sus estudiantes, así como transmita mensajes tranquilizadores cuando no se obtienen los resultados deseados, refuerce lo positivo y ajuste sus demandas y tareas al tiempo disponible de su alumnado, respetando su tiempo de descanso.  

Autoría: Proyecto EASE

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