El trastorno de ansiedad social (TAS) en adolescentes está considerablemente subdetectado y subtratado a pesar de la disponibilidad de tratamientos eficaces. El objetivo principal de nuestro estudio fue examinar medidas de detección breves, válidas y confiables para la ansiedad social de los adolescentes, y luego realizar entrevistas de diagnóstico para evaluar la capacidad de las medidas para identificar a los adolescentes con TAE.

Método: Se examinan 7 medidas breves y válidas de ansiedad social y se compara su precisión diagnóstica con diagnósticos establecidos por una entrevista semiestructurada. La muestra incluyó a 421 adolescentes españoles con y 613 sin diagnóstico clínico de TAS.

Resultados: Los datos revelaron que las medidas cortas de ansiedad social son precisas para detectar adolescentes socialmente ansiosos de habla hispana. Todos los cuestionarios mostraron buena o excelente capacidad discriminatoria, siendo la Escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A) y el Inventario Breve de Ansiedad y Fobia Social (SPAI-B) los que obtuvieron los mejores valores de sensibilidad y especificidad, respectivamente. Se encontraron excelentes áreas bajo las curvas características operativas del receptor para la mayoría de las medidas, excepto para la Escala de Ansiedad Social de Liebowitz para Niños y Adolescentes y el Inventario Mini-Social de Fobia, que tuvieron una buena capacidad discriminatoria. Hubo poca diferencia estadística en la capacidad de las medidas breves de ansiedad social para identificar casos con precisión,

Conclusión: En general, los resultados sugieren que las medidas breves para los síntomas de ansiedad social pueden ser efectivas para detectar el TAS en adolescentes de habla hispana. Dependiendo del objetivo del estudio, el SAS-A puede ser especialmente útil para reducir los falsos negativos y el SPAI-B para los falsos positivos.

Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los trastornos mentales más comunes en la adolescencia. Existe la necesidad de herramientas breves de detección para identificar a los adolescentes en riesgo de trastornos de ansiedad. La Medida de Ansiedad Juvenil para el DSM-5 se ha desarrollado para evaluar los síntomas de ansiedad de los jóvenes en términos del sistema de clasificación actual (DSM-5). El objetivo de este estudio es proporcionar una primera prueba de sus propiedades psicométricas en una muestra comunitaria de adolescentes en España

Método: La muestra estuvo compuesta por 505 adolescentes de 13 a 17 años que completaron la Parte I del YAM-5 (YAM-5-I), que mide síntomas de los principales trastornos de ansiedad.

Resultados: Los datos indicaron que el YAM-5-I muestra una confiabilidad de consistencia interna adecuada. Además, también se encontró apoyo para la validez de constructo de la medida: la mayoría de los ítems se cargaron en un factor que representaba los síndromes de ansiedad hipotéticos, aunque también se debe señalar que algunos ítems exhibieron problemas y, por lo tanto, tuvieron que descartarse.

Limitaciones: Se necesitan estudios transculturales y transnacionales para determinar las propiedades psicométricas de la escala entre idiomas y culturas.

Conclusiones: Los hallazgos sugieren que el YAM-5-I tiene propiedades psicométricas satisfactorias, lo que indica que puede ser utilizado como herramienta de tamizaje en adolescentes de habla hispana de la población general.

Este trabajo presenta las propiedades psicométricas del “Inventario de ansiedad y fobia social-forma breve” (Social Phobia and Anxiety Inventory-Brief form, SPAI-B) en jóvenes adultos estudiantes universitarios y analiza la viabilidad de su aplicación online. 

El estudio 1 incluyó 310 estudiantes universitarios. Se aplicaron el SPAI-B, la “Escala de miedo a la evaluación negativa, versión breve” (BFNE) y la “Escala de afecto positivo y negativo” (PANAS). 

Los resultados apoyaron la estructura original unidimensional del SPAI-B, su consistencia interna (0,89-0,94) y la validez concurrente con la BFNE (0,60) y con el afecto negativo (0,47). 

Las mujeres presentaron puntuaciones significativamente más elevadas que los hombres. 

En el estudio 2 participaron 76 estudiantes universitarios, que cumplimentaron el SPAI-B y la “Escala rasgo de metaconocimiento emocional” (TMMS-24) online. Esta aplicación resultó equivalente a la aplicación de lápiz y papel, mostrando una estructura factorial similar, valores de consistencia interna semejantes (0,92) y puntuaciones medias equivalentes. 

Los hallazgos de los estudios 1 y 2 apoyan la fiabilidad y validez del SPAI-B para la evaluación de la ansiedad social en población universitaria.

Motivación de estudio: No hay puntuaciones de corte disponibles para el Inventario breve de ansiedad y fobia social (SPAI-B) para evaluar a adultos jóvenes con y sin Trastorno de Ansiedad Social (TAS). 

Los participantes incluyeron 124 adultos jóvenes en educación superior con un diagnóstico clínico de TAS y 81 controles sanos. Los puntajes SPAI-B revelaron un continuo de severidad entre la población no clínica, los participantes con especificador de desempeño solamente y aquellos con temores tanto de desempeño como de interacción social (DSM 5).

Los datos sugirieron usar un punto de corte redondeado de 24 para evaluar a los pacientes con temores tanto de desempeño como de interacción yuna puntuación de corte redondeada de 23 para adultos jóvenes con especificador solo de rendimiento. 

Los hallazgos demostraron que el SPAI-B es particularmente útil como medida de detección entre los adultos jóvenes universitarios, pero la capacidad discriminatoria limitada del especificador solo de rendimiento puede cuestionar la utilidad clínica de este especificador restablecido en el DSM 5.

A pesar de la disponibilidad de protocolos de detección y tratamiento eficaces, el Trastorno de Ansiedad Social (TAS) en los adolescentes está considerablemente infradiagnosticado y e infratratado. El principal objetivo de estudio fue examinar una medida de ansiedad social breve, válida y confiable ya probada para servir como medida de autoinforme del adolescente, pero administrada a través de Internet con el objetivo de explorar la capacidad de los padres/madres para identificar la sintomatología de ansiedad social en su hijo/a. Esta versión de los padres podría utilizarse como una medida complementaria para evitar la sobrestimación de los niños de la sintomatología de ansiedad social utilizando medidas tradicionales autoinformadas.

 Se examinaron las propiedades psicométricas de la medida de ansiedad social breve y válida en su formato principal y administrada a través de Internet. 

La muestra estuvo compuesta por 179 padres/tutores legales de adolescentes (67% niñas) con diagnóstico clínico de TAS (edad media: 14,27; DE= 1,33). 

Los hallazgos revelaron una buena estructura factorial, consistencia interna y validez de constructo. Los datos respaldan un único factor basado en la fuerza en el SPAIB-P, siendo la estructura en gran medida invariable entre la edad y el género. El número limitado de adolescentes con un especificador de solo rendimiento impidió examinar la utilidad de la escala para detectar este especificador recientemente establecido. Es crucial evaluar si estos resultados se generalizan a diferentes culturas y muestras comunitarias. 

Los hallazgos sugieren que el SPAIB-P evidencia un desempeño comparable con la medida informada por los niños. Los padres pueden ser informes fidedignos de la sintomatología de ansiedad social del adolescente. El SPAIB-P puede ser útil para identificar a los adolescentes socialmente ansiosos clínicamente perturbados]

La emoción expresada (EE) es un indicador del clima emocional familiar, que tiene un alto valor predictivo en el pronóstico de diferentes trastornos asociados al estrés y la ansiedad a lo largo de su desarrollo. Este constructo da cuenta de cómo los miembros de la familia interactúan con el pariente que padece un trastorno. El constructo EE pasó a primer plano durante las décadas de 1970 y 1980, cuando el curso de la esquizofrenia recibió la atención de la investigación (Amaresha y Venkatasubramanian, 2012). Sin embargo, también se ha encontrado que la EE está relacionada con un peor curso de la enfermedad en diferentes trastornos (Muela y Godoy, 2003 ; Hooley, 2007 ; Przeworski et al., 2012 ; Miklowitz et al., 2013 ; Iles et al., 2014 ;Ma et al., 2021 ). Además, EE ha demostrado tener un impacto variable en los resultados del tratamiento. En concreto, García-López et al. (2009) encontraron que los altos niveles de EE de los padres afectaron negativamente los resultados positivos del tratamiento de los adolescentes con ansiedad social. Posteriormente, García-López et al. (2014) informaron que la capacitación de los padres para reducir la EE en un programa de tratamiento diseñado para abordar la ansiedad social de los adolescentes tuvo un efecto positivo en la mejora de la SA del niño, particularmente cuando el estado de EE de los padres cambió de EE alta a EE baja después del tratamiento.

La emoción expresada se dicotomiza en alta y baja EE. Por lo tanto, una familia con EE alta es aquella que incluye un miembro de la familia que demuestra algunas, o todas, de las siguientes características hacia el familiar afectado:

1. Crítica: Insatisfacción, resentimiento y desaprobación por la conducta del familiar afectado.
2. Hostilidad: excluir o evitar activamente a dicha persona (rechazo hostil) o tener una visión negativa de la persona en su conjunto (hostilidad generalizada).
3. Sobreimplicación emocional:

3.1 Desesperanza: Afirmar con firmeza que no hay solución ni posibilidad de mejora en el estado o comportamiento del familiar afectado.

3.2 Autosacrificio: Enfatizar el impacto que el trastorno del familiar afectado está teniendo en la propia familia.

3.3 Sobreprotección: Excusar al familiar afectado y asumir sus obligaciones y responsabilidades.

3.4 Manifestaciones emocionales intensas: llanto incontrolable, arrebatos de ira, etc.

La falta de medidas breves y válidas es un inconveniente para evaluar la EE. Para cubrir este vacío, se diseñó la E5. 

El objetivo de este estudio es proporcionar propiedades psicométricas de una medida reciente en adolescentes para ser utilizada para detectar niveles altos percibidos de EE. 

La muestra estuvo compuesta por 2.905 adolescentes de 11 a 19 años; 57% niñas. 

Los resultados demuestran una buena estructura factorial, confiabilidad, validez de constructo e invariancia entre género y edad revelaron un buen ajuste. 

El objetivo de esta investigación fue desarrollar una medida breve, válida y confiable para evaluar la emoción expresada en padres de niños adolescentes. Los resultados obtenidos muestran que este objetivo se ha cumplido, reforzado por el hecho de que la muestra final fue considerable y que los modelos de invariancia por sexo y edad revelaron un buen ajuste. Esto nos permitió comparar la emoción expresada entre niños y niñas, así como entre participantes más jóvenes y mayores.

La E5 representa una alternativa atractiva a todas las demás medidas de EE disponibles, dada su rápida y fácil administración y método de corrección. Constituye una medida breve, válida y fiable para evaluar la emoción expresada en padres de hijos adolescentes. Además, su sencillez de uso lo convierte en una herramienta útil para el cribado de grandes grupos o en la práctica clínica personalizada.

El papel que puede desempeñar la participación de los padres en la mejora de la ansiedad social de sus hijos sigue siendo objeto de debate. Este artículo tuvo como objetivo investigar si entrenar a los padres con alta emoción expresada (EE) podría mejorar los resultados de la intervención de ansiedad social en adolescentes. 

Cincuenta y dos adolescentes socialmente ansiosos (de 13 a 18 años de edad), cuyos padres exhibían altos niveles de emoción expresada, fueron asignados a (a) una intervención en el centro escolar con un componente adicional de entrenamiento a padres, o (b) una intervención en la escuela con programa centrado únicamente en la intervención con el adolescente (sin participación de los padres). 

Los hallazgos posteriores al tratamiento y de seguimiento a los 12 meses mostraron que la intervención en el centro escolar con entrenamiento a padres fue superior al programa específico para adolescentes, lo que produjo reducciones significativas en la remisión del diagnóstico, la sintomatología social y depresiva, particularmente cuando el estado de EE de los padres cambió. 

En general, los hallazgos sugieren que los padres de adolescentes con ansiedad social que tienen una EE alta deben participar en la terapia de sus hijos.

El trastorno de ansiedad social es un trastorno de alta prevalencia, con elevadas tasas de comorbilidad con otros trastornos de salud mental y puede tener graves consecuencias negativas. En la adolescencia, hay una falta de investigación sobre cómo los trastornos comórbidos con la ansiedad social tienden a formar asociaciones particulares. Con una amplia muestra de adolescentes con diagnóstico clínico de trastorno de ansiedad social, los datos han revelado que ciertos trastornos son más frecuentes y tienden a detenerse en agregados concretos. Por lo tanto, puede ser particularmente útil y eficiente para los proveedores de salud mental, los pediatras y los consejeros escolares detectar el trastorno de ansiedad generalizada y la fobia específica al evaluar el TAE en los jóvenes. En general, los hallazgos enfatizan que la presencia de comorbilidad es la regla más que la excepción en adolescentes con trastorno de ansiedad social.

Recientemente se ha sugerido que el trastorno de ansiedad social (TAS) implica un déficit en la regulación negativa de los recuerdos no deseados (incluso no amenazantes). 

En el presente estudio se prueba esta hipótesis comparando una muestra de adultos jóvenes diagnosticados con TAS y controles sanos en su capacidad para resistir la interferencia proactiva en una tarea de memoria de trabajo. Cuando los participantes se desempeñaron de manera similar en la condición de control de la tarea de memoria, los participantes con TAS fueron más susceptibles a la interferencia en la condición experimental que los controles sanos. Este hallazgo está en línea con estudios previos que muestran que la ansiedad está asociada con un control ejecutivo empobrecido y, específicamente, sugiere que el TAS implica una capacidad reducida para deshacerse de los recuerdos que interfieren. Se discuten las implicaciones clínicas. 

El papel que puede desempeñar la participación de los padres en el resultado del tratamiento de sus hijos con trastornos de ansiedad sigue siendo objeto de debate. Algunos estudios que se ocupan de otros trastornos han examinado el papel que el constructo de emoción expresada (EE) (exceso de participación, crítica y hostilidad de los padres) puede desempeñar en el resultado del tratamiento y la recaída. 

Dado que algunos de estos aspectos se han asociado con la ansiedad social durante mucho tiempo, se planteó la hipótesis de que la EE puede estar asociada con un resultado más bajo del tratamiento. 

La muestra estuvo compuesta por 16 adolescentes que se beneficiaron de una intervención cognitivo-conductual basada en la escuela para superar la ansiedad social. Luego, los padres fueron clasificados con EE alto o bajo. 

Los resultados revelaron que los adolescentes cuyos padres tenían baja EE mostraron una reducción estadísticamente significativa de sus puntajes de ansiedad social en la prueba posterior, a diferencia de los adolescentes de padres con alta emoción expresada. 

Estos hallazgos sugieren que se debe tener en cuenta la psicopatología de los padres (padres con alta EE) para evitar un mal resultado del tratamiento de los adolescentes.  

La inhibición conductual (BI) es un rasgo temperamental caracterizado por un miedo extremo a situaciones nuevas. La IC se ha asociado con el desarrollo de trastornos mentales. Sin embargo, existen pocas investigaciones que examinen las características socioemocionales y conductuales de los niños con inhibición conductual en contextos educativos y familiares. 

Para una visión global más amplia y profunda del comportamiento del niño en cada uno de estos contextos, este estudio recopiló datos de los padres (madre y padre – contexto familiar) y de los docentes (contexto educativo). 

La muestra estuvo conformada por 109 niños, entre cuatro y seis años. Se utilizó un enfoque de múltiples informantes: todos los padres y maestros completaron las Escalas de Inhibición del Comportamiento Preescolar, el Cuestionario de Comportamiento Infantil para Padres y Maestros (CBCL y TRF), y el Sistema de Evaluación del Comportamiento de Niños y Adolescentes (BASC). 

Los resultados revelaron que los niños considerados con IC tenían niveles más bajos de ajuste socioemocional y conductual en comparación con los niños no inhibidos, tanto en el contexto familiar como en el educativo. Además, la variable timidez parecía ser la más fuertemente asociada con la inhibición del comportamiento, independientemente del informante y el contexto. 

La literatura científica ha mostrado que la inhibición conductual (IC) se caracteriza por la presencia de ansiedad ante estímulos desconocidos, lo que conlleva conductas de retraimiento y evitación social.

El presente estudio realiza una revisión bibliográfica sobre la IC y su relación con los trastornos de ansiedad en la infancia. Dado que la IC puede observarse en edades muy tempranas, la literatura ha examinado su papel predictor en el desarrollo de trastornos de ansiedad. Pese a ello, los estudios revisados apuntan a que no todos los niños ansiosos muestran un comportamiento inhibido ni todos los niños con IC sufren trastornos de ansiedad. Dada esta disparidad, sería necesario estudiar qué otros factores están implicados. Asimismo, los datos apuntan a que una detección precoz de la IC permitiría desarrollar programas de prevención de los trastornos de ansiedad en la infancia.