Sarahi, Laura y Juanjo, alumnos y alumnas del IES Fuente la Peña en Jaén, son los adolescentes protagonistas de la tertulia del episodio quinto de ENTRE CLASE Y CLASE. Estos chicos y chicas nos acercan la visión que tienen los jóvenes sobre las redes sociales, qué peligros esconde y cuál es el uso principal.

En España, el 94,5% de la población, de 16 a 74 años, ha utilizado Internet en los últimos tres meses, lo que supone 33,5 millones de usuarios en total según “La Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en los Hogares en el año 2022” Nota de prensa (ine.es) realizada por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas). Respecto a las redes sociales, la misma encuesta indica que los estudiantes y jóvenes entre los 16 y 24 años son los más activos, suponiendo un 92,6% de la población juvenil. 

La generación Z o los nativos digitales, se caracterizan por su especial vinculación a internet y a las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). Las redes sociales son hoy día una herramienta de socialización y entretenimiento,  que incluso puede ser una ayuda para comunicarse con los demás en caso de una persona con TAS o que pueda ser tímida, aunque según han comentado nuestros protagonistas, ellos siguen prefiriendo relacionarse en persona.

Por otro lado, dichas plataformas tienen una doble cara, es decir, esconden peligros como el cyberbullying, la suplantación de identidad, el grooming, la pornografía, las estafas o retos peligrosos como el Blackout Challenge o reto de la asfixia, que trata de asfixiarse para experimentar un subido puntual, originando varios fallecidos; otro ejemplo es el que se duerme último gana, que consiste en tomar ansiolíticos e intentar no dormirse bajo los efectos o el caso de la Ballena Azul, en el que se incitaba a los jóvenes a las autolesiones y suicidio. 

Desafortunadamente, este tipo de actos son hechos reales, pero ¿Cuáles son los motivos para sucumbir a este tipo de prácticas? Bien es cierto, que la exposición a ello en edades tan tempranas, supone una mayor vulnerabilidad, pues en la adolescencia tiene mucha importancia la validación, además de la necesidad del apoyo y el sentimiento de pertenencia en su grupo de iguales, o porque se lo tomen como un juego sin reflexionar sobre las consecuencias. Al hacerle la misma pregunta a los protagonistas, Laura nos respondió “si no hago este reto van a creer que soy débil, lo hacen para probar lo fuerte que es y hasta dónde puede llegar”.

Las redes sociales pueden influir no solo en acciones peligrosas como las mencionadas anteriormente, también pueden ser causa de origen del deterioro de la Salud Mental, afectando a factores especialmente sensibles en la adolescencia como la autoestima, fomentando la adicción y dependencia de su uso, incitando a hábitos alimenticios inadecuados,  ansiedad derivada del FOMO, e incluso sentimientos de insatisfacción corporal por comparación de los cánones de belleza que en ellas se muestran. así es como Sarahi reflexiona respecto a lo que se ve en las redes “no deja de ser una aplicación donde la gente solamente muestra lo que le interesa, muestran la felicidad”.

Los jóvenes no son ajenos a los peligros que esconden las redes sociales, pues de forma directa o indirecta conocen casos y son conscientes de ello, sin que sea algo excepcional. Este tipo de normalización no hace ningún favor a la sociedad, hay que potenciar las denuncias, las censuras así como cambiar el conformismo que se adquiere ante ello. 

Todo lo referido anteriormente, no quiere decir que este tipo de plataformas sean totalmente negativas o deban de prohibirse, sino que hay que aprender a usarlas con responsabilidad y para ello, el papel de los padres es fundamental. Para que el control parental sea efectivo, los adultos deben conocer el funcionamiento, los riesgos, a lo que se exponen sus hijos e hijas, además de la necesidad que tienen los jóvenes de estar presentes en estos medios, ya que forma parte de su vida. 

El debate sobre la influencia de las redes sociales en el aprendizaje, conducta y relaciones sociales de los adolescentes, está sobre la mesa entre distintas disciplinas como la psicología, desde que la pandemia cambió los hábitos de vida de estos. Pero lejos aún de resolver la duda y mucho más aún de adoptar medidas adecuadas, los adolescentes siguen desarrollándose en un mundo lleno de escaparates y falsas apariencias, donde ejercer un autocontrol adecuado de su uso, se plantea como difícil tarea. Es tarea de muchos comenzar a ayudarles, aunque quizás lo primero sea comenzar a escucharles.

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